Continuidad del negocio. El arte de sobrevivir.
Actuar sobre el presente con la vista en el futuro, es la premisa a seguir. El dinamismo de la situación actual nos obliga a reaccionar, no solo con nuevas ideas, sino también con una firme determinación hacia la acción.
Si te preguntas como hacer para asegurar la continuidad del negocio y las personas que lo conforman, lo siguiente es para vos.
La disrupción es una interrupción brusca en la manera habitual de ejecutar algo. La nueva realidad que bruscamente ha interrumpido muchas tareas, que todos estábamos habituados a ejecutar, ha generado tres disrupciones que requieren la búsqueda de alguna forma de continuidad, entendiendo ésta como la consecución en la ejecución. Puesto en términos simples: «El… ¿Cómo seguimos adelante?».
Exploremos entonces como continuar ante éstas disrupciones;
La primera es la disrupción del negocio (RESULTADOS).
La continuidad incluye repensar como mantener el negocio funcionando, gestionar los riesgos no calculados aunque presentes, e identificar y buscar soluciones innovadoras para la “nueva normalidad”.
La segunda es la disrupción operativa (TAREAS).
La continuidad incluye la adaptación a las nuevas formas de trabajo, la actualización de estructuras y procesos, el entendimiento del trabajo remoto y la gestión de los equipos virtuales, promoviendo siempre nuevas formas de colaborar. Todo dentro de un marco, donde lo operativo, lo emotivo y lo productivo, se ven fuertemente impactados.
La tercera, y a mi juicio la más trascendente, es la disrupción de las personas (EQUIPOS).
En el pasado, en este presente y cualquiera sea la forma que adopte el futuro, todo empieza, continua y termina con y para las personas.
La continuidad en esta variable incluye practicar la resiliencia y la agilidad, mantener el compromiso y el bienestar de todas las personas (las dos claves hacia la nueva normalidad según la Revista Fortune 500), y poder establecer una comunicación clara y trasparente a todo nivel.
Agrego también la aceleración – tan importante como lo digital – de una cultura de la innovación, que promulgue e inspire el pensamiento creativo y de avance.
La continuidad podremos asegurarla con un índice mayor de éxito, en la medida que trabajemos en las siguientes seis dimensiones clave para avanzar desde, con y a pesar de la disrupción:
Existencial: Asegurar cubrir y mantener las necesidades básicas de identidad individual, de equipo y organizacional, apoyados en valores sólidos y un propósito claro.
Cognitiva: Asegurar la necesidad de todos los involucrados «stakeholders» de entender y tener claridad sobre el camino elegido y las decisiones tomadas (¿Porqué y para qué?).
Funcional: Asegurar la necesidad de establecer rutinas de trabajo, límites de horarios y espacios para que lo laboral no termine invadiendo en su totalidad a lo personal.
Emocional: Asegurar la necesidad de contención y estabilidad, aún en un contexto incierto. Habilitar la expresión de los estados emocionales y reconocer que está bien sentir miedo, inseguridad, angustia, ansiedad, frustración y/o enojo.
Social: Asegurar la necesidad de pertenencia, creando, alentando, participando y manteniendo espacios para la socialización, más allá de los encuentros con objetivos laborales y operativos.
Liderazgo: Asegurar la presencia, estar en el momento, aquí y ahora. Estar disponibles, permeables, sensibles y accesibles (sin significar necesariamente 7×24). Brindar seguridad, demostrar ser alguien en quien confiar.
Recuperar la continuidad del negocio, en tiempos de disrupción, requiere del temple de sus líderes, la confianza de los equipos, y la adaptación de la estructura. No es un proceso fácil, incluso se debe considerar costoso en términos emocionales, físicos y mentales, para quien lo lleve adelante; por lo tanto, requiere en principio que nuestra propia continuidad personal ya esté en marcha, para poder así restaurar la del negocio. Reconstruir demanda resiliencia individual, lograrlo solidaridad grupal. Les deseo ¡éxitos!
Autor: Daniel Feige – Curador de Contenidos de PHR LATAM